estadio gabino sosa

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17000 espectadores

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capacidad 17000 personas

tomas felipe "TRINCHE" carlovich

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pasion sin limites

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todos juntos x el ascenso

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miércoles, 13 de abril de 2011

20 años




20 años no son nada Por Julio Rodríguez El 13 de abril de 1991 Central Córdoba logró su último título de campeón. Aquella histórica tarde en San Martín (sí, el Charrúa se consagró en el temible reducto de Chacarita) quedó grabada a fuego en la memoria de los hinchas que hicieron pata ancha en la popular visitante y los miles que lo vivieron desde barrio Tablada y a la madrugada esperaron al plantel en la sede social de avenida San Martín para darles la bienvenidas a los campeones. El ciclo de éxitos se inició en 1986 cuando el Doctor Ricardo Méndez ganó la última elección que hubo en el club. El proceso transformador se puso en M.A.R.CHA. (así era la sigla del Movimiento Azul por la Recuperación Charrúa) y de inmediato el primer equipo cayó en la final del torneo Octogonal de Primera C 1986/87 frente a Talleres en la vieja cancha de Newell’s. De ahí en más, el Charrúa fue protagonista de dicha divisional y en la temporada siguiente dio el salto a Primera B. Con la institución en pleno crecimiento, su primer año en la B fue fructífero culminando en el tercer puesto y quedando eliminado ante Olimpo de Bahía Blanca en los viejos zonales. Además del buen futbolístico y con el respaldo de cinco mil socios, Central Córdoba despertó de su largo letargo cambiándole la cara a su estadio Gabino Sosa con la construcción de su única tribuna de cemento solventada gracias a las ventas primero de Claudio Ubeda –en aquel momento integrante de la Selección juvenil Argentina– y más tarde del eterno goleador Daniel ‘Pato’ Núñez nada menos que a Racing Club. La estructura de las divisiones inferiores también inició su transformación y en 1989 la primera local fue campeona del torneo Molinas organizado por la Asociación Rosarina de Fútbol tras 22 años. De la mano de Carlos Ramacciotti –D.T. en ese entonces– junto a varios juveniles y un poco más de jugadores experimentados, se encaró el armado del plantel que finalmente se llevaría la Primera B 1990/91. La base del equipo ya venía de gozar otro campeonato en Primera C 1987/88. El arquero Daniel Bernardi, los mediocampistas Miguel ‘Pato’ Ibáñez y Andrés ‘Bruja’ Radice, junto a los delanteros Daniel ‘Pato’ Núñez y José Luis Orellano, constituyeron la columna vertebral. La temporada arrancó con muchas dudas pese a que entre la 3ª y la 14ª fecha, el Charrúa mantuvo un invicto de 12 cotejos con 4 victorias y 8 empates. El equipo rendía afuera –acumuló 8 victorias–, pero de local no cumplía las expectativas de los hinchas. La lucha se centró luego del receso que encontró al conjunto de barrio Tablada en la cima seguido bien de cerca por Nueva Chicago y Almagro en lo que significaría una lucha encarnizada hasta el cierre del campeonato. Los grandes festejos se dieron cita en el agónico 1-0 ante Berazategui en Rosario con un estadio colmado y una fecha antes de la finalísima en San Martín, versus Almagro un martes por la tarde –el encuentro había sido aplazado por lluvia– y nuevamente con un Gabino desbordado de locura las gargantas charrúa a pura disfonía con el inolvidable gol del ‘Ratón’ Rubén Morelli que significó quedar en las puertas del cielo. El sábado 13 de abril bajo un clima bélico por parte de la barra y todo el público tricolor, los charrúas dieron cátedra y gritaron campeón con un 4 a 1 memorable en un día gris y lluvioso. La ventaja final fue de un punto sobre sus inmediatos perseguidores y el carnaval se desató en la vieja popular visitante de Chaca y en los miles de simpatizantes que esperaron la llegada del plantel en la sede de avenida San Martín y festejaron hasta el amanecer. Central Córdoba estuvo cerca de escalar hacia Primera justamente ese año, pero perdió en los cuartos de final del Reducido ante Belgrano de Córdoba -que finalmente logró el segundo ascenso a la máxima categoría- y en 1993 volvió a estar a un paso esta vez impedido por los salteños de Gimnasia y Tiro. La institución del sur rosarino se mantuvo 11 años en la segunda categoría y, casualmente, el 13 de abril de 2002 retrocedió a Primera B. El prestigio ganado en sus 104 años de historia cayó hondo el año pasado cuando descendió a Primera C luego de dos paupérrimas campañas en la B. Su última gran alegría se dio hace 20 años y desde entonces anhelan volver a vivir un nuevo ascenso. LA VOZ DE LOS CAMPEONES Carlos Ramacciotti, D.T. campeón: “La gente no se explicaba como ganábamos de visitante y no lo podíamos hacer de local. Nosotros teníamos que salir a plantear cosas de local donde por la falta de tiempo para trabajar con todos los jugadores no nos había permitido planificar, es decir salir al frente, a atacar, al comienzo nos tuvimos que preparar para defendernos y eso hacíamos de visitante cosa que favorecía nuestros planes para contraatacar”. Daniel Núñez, goleador del torneo con 19 tantos: “El equipo comenzó a encontrarse después de la 10ª fecha y en varias oportunidades dije que había que cambiar el insulto por el aliento, que a este equipo había que esperarlo, apoyarlo y realmente no me equivoqué porque sabía con los compañeros que estaba trabajando. Formamos un grupo bárbaro arribando a un final feliz para todos”. Ricardo Méndez, último presidente campeón: “La obtención del campeonato era nuestro objetivo, tal vez de alguna manera lo manteníamos oculto para no exteriorizar nuestra excesiva esperanza, pero con silencio y con mucho trabajo y sacrificio el logro se obtuvo finalmente”.agradecemos imagenes y nota a julio rodriguez

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